Tumba india
El hombre que estaba sentado cerca del borde del camino, con las piernas cruzadas y un rifle sobre las rodillas, achicó de pronto los ojos, fija su mirada en la lejanía, allá donde si iba alzando una nube de polvo, grande y densa, acercándose.
Estuvo así unos segundos y luego volvió la cabeza.
-¡Eh, Trotter! -llamó.
Los cuatro hombres que estaban tumbados tras él, entre las rocas, se incorporaron a la vez y se miraron. Pero sólo uno de ellos se puso en pie y se acercó vivamente. Miró hacia donde señalaba el otro, hacia la densa nube de polvo.
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