El jinete misterioso
El sol de septiembre, menos cálido, si no menos brillante, que el de los meses de julio y agosto, marchaba rápidamente hacia su ocaso tiñendo sus rojizos rayos las abruptas márgenes del Colorado. En las frondosas hondonadas comenzaba a concentrarse un denso vaho purpúreo. Surcaban el terreno tortuosas veredas que descendían desde las alturas hasta los valles, cruzando a trechos las oquedades iluminadas por el dorado sol otoñal, la cárdena hojarasca de las viñas cubría en gran parte las grises laderas de Peñas Blancas, montaña tachonada de rocas blancuzcas y coronada de picachos que en invierno resguardaban el valle de los vientos norteños.
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