El caballo salvaje
El misterio y la inaccesible naturaleza de la Meseta del Caballo Cerril habían embargado más de una vez el ánimo de Chane Weymer en el curso de su solitaria vida desértica en Utah. No había caballista nómada que no supiese alguna extraña historia de la vasta antiplanicie. Pero Chane no había tenido nunca ocasión de contemplarla desde tan prominente altura como aquella a que Toddy Nokin, el pinte, le había conducido. Y la fascinación que sobre él ejercía de antiguo se veía extrañamente acrecentada por las palabras del indio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario