La cerca trágica
Molly Dunn se sentó esperando en el ruinoso porche del almacén de Enoch Summers, en la aldea de West Fork. Por una vez la muchacha no se dio cuenta de que se le acercaba el alto y delgado leñador que, como de costumbre, estaba allí haraganeando y pasando el tiempo. Molly tenía dieciséis años y estaba en vísperas de una gran aventura. Había sido invitada a ir a Flagerstown, con los See. La muchacha había estado allí una vez hacía varios años, y desde entonces el recuerdo persistía claramente en su memoria. Ahora llevaba en el bolsillo el dinero necesario para comprarse medias y zapatos nuevos que compensaran en parte su actitud de este momento en que se veìa obligada a esconder los pies debajo del banco. Por suerte llevaba su traje y su sombrero nuevos, y aunque no completamente satisfecha con su indumentaria, tampoco se sentía avergonzada.
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