La voz de la cañada
¿Qué sutil y extraño mensaje llegó hasta ella desde el Oeste? Carley Burch dejó la carta sobre su regazo y ella miró soñadoramente a través de la ventana.
Era un día típico de principios de abril en Nueva York, frío, gris y de acerado sol. Flotaba en el aire algo primaveral y, sin embargo, las mujeres que pasaban por la calle número 57, llevaban pieles y abrigos. Oyó el lejano ruido un tren, y a continuación el zumbido de un automóvil. En los intervalos silenciosos se percibía de vez en cuando el sonido de una gaita.
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