El hombre que estaba apoyado tras la ventana dijo tranquilamente:
-Ahora.
Otros dos hombres se movieron entonces. Habían estado hasta aquel momento en el interior de la habitación, pero de pronto aparecieron también en la ventana con los revólveres a punto. Lo que vieron les hizo lanzar un gruñido de satisfacción.
Nunca hubieran imaginado que el blanco fuera tan fácil.
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