Emboscados
La puerta del despacho del coronel Darrick se abrió violentamente, sorprendiendo al soldado que montaba guardia ante ella.
-¡Soldado! -rugió el jefe del Fuerte Morgan-. ¡Conduzca al calabozo al teniente Cox!
Detrás del coronel, apareció el joven oficial, cuyo bien parecido rostro estaba descongestionado por la ira.
-¡Es usted un canalla, coronel Darrick! -masculló el teniente Cox, haciendo un gesto amenazador, como si quisiera golpear al coronel.
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