Estampidas humanas
En Sacramento, un grupo de elegantes, todos ellos propietarios de locales de diversión, irrumpieron en la ofician del sheriff, hablando entre ellos acaloradamente.
Una vez ante el sheriff, guardaron silencio, para dejar que uno hablase en nombre del grupo.
-¡Buenos días, sheriff!
El sheriff, contemplándolos, curioso dijo:
-¡Buenos días, señores! ¿Puedo saber a qué se debe el honor de esta visita y el motivo de la excitación que les domina?
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