Laura y su madre, Claire, dormían en la misma habitación. Y nada más saltar de la cama, Laura fue hasta la ventana y frotando el cristal con la mano, miró al exterior.
-¿Qué tal? -preguntó la madre desde su cama.
-Sigue lo mismo. No ha debido dejar de nevar en toda la noche, hay varias pulgadas de espesor en el patio.
-¡Bonito clima...! -exclamó Claire.
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