La ruleta de oro
Todos los vaqueros se disponían a ir al pueblo.
Era domingo, el día que ellos aparte de descansar de las tareas del rancho, podían divertirse en juegos, bebida y baile.
La dueña del rancho, desde la puerta de su vivienda contemplaba a los muchachos, que al montar a caballo saludaban con la mano a su patrona.
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