Amargo sabor de triunfo
-Esto se acabó, Potts.
Elmer Potts miró lenta y largamente al hombre que le había dirigido la palabra. Era un joven de veinticinco años, alto y espigado, de fuerte contextura física. Poseía un rostro de facciones angulosas, en el que destacaban unos ojos grises, acerados, y una mandíbula recia, con una hendidura en el mentón. Sus cabellos eran negros y su piel muy morena. La forma en que llevaba el revólver, excesivamente bajo, con mucha soltura, hablaba de un hombre consumado con las armas. Y lo era. En Abilene ya había dado muestras de ello, y se le conocía con el nombre de "Pistol" Baxter.
-No sabes lo que estás diciendo -le replicó Elmer Potts, un sujeto de mediana edad, bastante elegante, succionando un largo cigarro virginiano.
-Lo sé bien. No sigo adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario