sábado, 18 de enero de 2014

Silver Kane

Millonaria peligrosa

-¡Colgadlo!
La orden había partido, seca, brutal, de la garganta del coronel Latimer.
Los tres hombres que le escoltaban se dispusieron a obedecer. Avanzaron hacia el interior de la habitación de una magnífica casa del Sur, que se alzaba en mitad de la llanura.
El hombre cuya muerte había decidido el coronel miró a éste con los ojos incrédulos.
-No es posible... -balbució.
Era un hombre que podía ser considerado viejo, en aquella época. Tendría unos cincuenta años. Vestía descuidadamente, y llevaba sobre sus ropas una gran bata manchada de barro, pues hasta aquel momento había estado haciendo figuras modeladas. Pese a la sencillez de aquellas ropas, se adivinaba en él una gran distinción. Cualquiera que lo viese habría pensado: "Este hombre ha sido rico durante toda su vida".

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