La paz de Andy Sheridan
La guerra de Secesión, entre los Estados abolicionistas y esclavistas, había finalizado hacía meses.
En los cuatro años que duró la contienda, Bob Rocke, considerado como uno de los hombres más estimados del estado de Alabama, había perdido su fortuna. Podía asegurarse, sin temor a equivocaciones, que durante la lucha, con su apoyo económico al Ejército Confederado había quedado en la ruina. Lo único que conservaba de su antigua fortaleza económica era la casa en que vivía con su hija Alma y una extensa plantación desolada por la acción de la guerra.
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