El herrero de El Paso
-¡Linda! No quiero que vengas por aquí con tanta frecuencia.
-No es un delito distraer a este muchacho. Al mismo tiempo aprendo muchas cosas de él.
-Pero pueden pensar mal. Así que vas a suspender tus visitas.
-¿Es que no puedo venir a ver a mi padre tampoco? Esta es tu oficina. Y aquí está tu trabajo, ¿no es así?
-De todos modos, no quiero que vengas.
-Tú no eres el que ha decidido esto. Lo ha decidido tu amo.
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