martes, 19 de abril de 2016

Silver Kane

La ciudad que no existía

El primero de los jinetes señaló hacia lo alto de la colina.
-Allí -murmuró.
Picó espuelas y los otros tres jinetes siguieron tras él.
Eran cuatro hombres cubiertos de polvo, con barba de varios días. Llevaban cada uno de ellos un revólver al cinto y un rifle en la silla.

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