jueves, 19 de julio de 2012

El rancho de los reptiles

El rancho de los reptiles

-¡Peter!
-¡Hola!
-¡Hola! ¿Está Joe?
-Debe andar por el rancho. ¿Pasa algo?
-Dile que cuando vaya por el pueblo pase por casa. Hay una carta para él.
-¿Una carta? ¿Es posible? ¿Por qué no la dejas?
-Porque no la llevo. Pero me he acordado que llegó ayer.
-Está bien. Se lo diré, así que aparezca. ¡Es extraño que haya una carta para él!


Shark pidió venganza

Shark pidió venganza

Los dedos desgarraron la tela roja.
La muchacha gritó agudamente, echando a correr. Jirones de su blusa llamativa quedaron en los dedos fuertes y velludos del hombre.
Unas risotadas acompañaron la fuga estéril de la joven. La correa trenzada del látigo restalló en el aire, culebreando en pos de ella, y alcanzándola en sus recias posaderas, encima de la amplia falda. Aun con esa protección, la mujer chilló, sin duda dolorida.