sábado, 18 de enero de 2014

Marcial Lafuente Estefanía

Madera de pistolero

La guerra de Secesión había identificado en la comunidad de propósitos y de peligros a los seres más heterogéneos.
Permitió que la intolerancia en ciertas clases privilegiadas se hiciera más flexible por la necesidad constante convivencia de aquellos seres considerados hasta entonces de inferior categoría, incluso en lo biológico.
Los jóvenes de la llamada aristocrática Virginia convivieron, al ser arrancados de sus plantaciones y palacios, con hombres modestos, pudiendo comprobar que también éstos tenían corazón y sentimientos.

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