Ángel de exterminio
Era una bella inscripción sobre mármol:
"Así sucederá al fin de los siglos: saldrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos..."
Era el versículo de las Escrituras. Justamente el número cuarenta y nueve, del capítulo trece de san Mateo, como hubiera podido identificarlo enseguida un entendido, un creyente, un predicador o alguien que se preocupara con cierta asiduidad del Libro Sagrado.
Lo malo es que en aquel lugar y en aquel recinto precisamente, muy pocos eran los que se preocupaban de tales cosas. Y, ciertamente, muchos menos aún hubiesen llegado a identificar el versículo al pie de un mausoleo que correspondía a las palabras de san Mateo: un bello ángel de mármol, sobre pedestal de piedra, a tamaño natural o poco mayor que el de un hombre de carne y hueso.
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