¡Llegará tu castigo!
El jinete que iba delante detuvo su montura.
-¿Ves lo mismo que yo?
-No hay duda. Han incendiado algo en ese rancho.
-Debe ser un granero. Está cerca de las otras viviendas.
-Algún accidente.
-No. Fíjate bien.
Los dos jinetes avanzaron decididos, pero al llegar cerca de la casa, oyeron que les decían:
-¡Esas manos por encima de las cabezas! ¡Pronto, o disparo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario