¡Llegará tu castigo!
El jinete que iba delante detuvo su montura.
-¿Ves lo mismo que yo?
-No hay duda. Han incendiado algo en ese rancho.
-Debe ser un granero. Está cerca de las otras viviendas.
-Algún accidente.
-No. Fíjate bien.
Los dos jinetes avanzaron decididos, pero al llegar cerca de la casa, oyeron que les decían:
-¡Esas manos por encima de las cabezas! ¡Pronto, o disparo!
lunes, 16 de enero de 2012
La chica de Abilene
La chica de Abilene
Chris Steward entró en el saloon El Toro Borracho, uno de los tres locales de diversión existentes en Amarillo, la popular ciudad ubicada al norte de Texas.
Eran poco más de las once de la mañana, por lo que nada de extraño tenía que en el local no hubiese un sólo cliente. Ni siquiera estaban las chicas del saloon, porque casi todas ellas dormían todavía, lo cual era muy lógico también, teniendo en cuenta que se acostaban muy tarde y bastante cansadas.
Chris Steward entró en el saloon El Toro Borracho, uno de los tres locales de diversión existentes en Amarillo, la popular ciudad ubicada al norte de Texas.
Eran poco más de las once de la mañana, por lo que nada de extraño tenía que en el local no hubiese un sólo cliente. Ni siquiera estaban las chicas del saloon, porque casi todas ellas dormían todavía, lo cual era muy lógico también, teniendo en cuenta que se acostaban muy tarde y bastante cansadas.
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